Contribuciones a las Ciencias Sociales
Agosto 2010

EL PARTIDO SOCIALISTA DE PANAMÁ COMO REFERENTE DE LUCHA SOCIO-POLÍTICA: SECUELAS Y DEBILITAMIENTO

 

Enrique Rascón Palacio
erascon75@gmail.com

 

 

Resumen

Desde antes de constituirse como República en 1903, la entidad político-territorial denominada Panamá, fue objeto de significativos procesos de intervención política, social y económica que transcurridos los años, han contribuido a la cimentación de lo que hoy es la sociedad panameña. Dentro de ese bregar de continuos y dinámicos procesos de intromisión de actores sociales y corrientes políticas exógenas; se propicia el origen de nuevas formas y concepciones político-ideológicas en Panamá. Así emergen líderes políticos y entidades partidarias que, como el Partido Socialista de Panamá, confluyen en momentos históricos específicos. Sus acciones, posibilitaron el rescate y la defensa de ideales nacionales de corte particular y colectivo. Empero también, marcaron hitos en términos de relaciones entre clases sociales y porque no, entre Estados.

Palabras clave: Partido Socialista, antiimperialismo, soberanía, ideología, doctrina.
 



Para citar este artículo puede utilizar el siguiente formato:
Rascón Palacio, E.: El partido socialista de Panamá como referente de lucha socio-política: secuelas y debilitamiento, en Contribuciones a las Ciencias Sociales, agosto 2010, www.eumed.net/rev/cccss/09/erp.htm 


A manera de introducción

Las relaciones contractuales llevadas a cabo entre la República de Panamá y los Estados Unidos de América, desde sus inicios, han presentado rasgos cualitativos y cuantitativos, que han debilitado hasta cierta forma; un número plural de anhelos, aspiraciones sociales, políticas, económicas y jurídicas. Dichas relaciones han significado a lo largo de la historia de Panamá (sobre todo, en la primera mitad del Siglo XX), la vivencia y aceptación de hechos que han trastocado muy significativamente la integridad (intervenciones y otros) de éste país como entidad organizada, como sociedad con fines y objetivos claramente trazados, a través de las directrices políticas y según las habilidades y visiones de los diferentes representantes gubernamentales de ambos Estados. O acaso, ¿ésta sociedad tiene que ser lo que expresamente significa panamá¹, según los diccionarios?

Contrario a lo que se piensa, quizás las relaciones entre Panamá y Estados Unidos no han sido tan adversas a los intereses nacionales. Pero, ¿por qué manifestamos este criterio? La ocurrencia de ciertos hechos a lo largo de la historia nacional, nos han dotado de ciertas inquietudes que, creemos, pueden bien contrarrestar, hasta cierto grado, esa visión tan negativa que se tiene para con los Estados Unidos, en términos de relaciones diplomáticas.

Detallando cierto hechos…

Es cierto, sí, que Estados Unidos logró obtener hasta finales del siglo XX, utilizando como plataforma el Tratado Hay- Bunau Varilla de 1903, los mayores beneficios derivados a raíz de la construcción del Canal y de todas sus áreas, equipos e infraestructuras que se utilizaron para su edificación y que se utilizan para su actual funcionamiento; también es indudable que muchos de los beneficios que ellos lograron, fue consecuencia de la capacidad administrativa no operante y de las políticas implantadas por ciertos gobiernos de turno de otrora en Panamá. Un caso en particular fue la celebración del tratado antes aludido. Se designa al francés Phillip Bunau Varilla por parte del gobierno panameño como Enviado Extraordinario y Ministro Plenipotenciario y; en esa primera negociación, Estados Unidos se compromete a garantizar y mantener la independencia de Panamá a cambio de un derecho a perpetuidad sobre uso, ocupación y control de una zona de tierra y de tierra cubierta por agua para la construcción, mantenimiento, funcionamiento, saneamiento y protección del Canal. Nefasta negociación que poco a poco fue mejorada por la celebración de posteriores tratados, a favor de los intereses nacionales de Panamá.

Se alude a capacidad no operante, porque se ha demostrado a lo largo de la historia de ésta nación, que privan en el país los intereses creados por parte de las máximas autoridades, lo cual ha sido la causa de toma de decisiones erradas y siempre circunscritas a los deseos de un grupo minúsculo de personas naturales que prefieren ver sufrir a las masas, antes de ver sufrir sus bolsillos de clase opulenta.

Si se es observador, se puede advertir que los presidentes, primeros y segundos designados que ha tenido Panamá, siempre han tenido relación directa o indirecta con los nombres propios de familias élites, en términos económicos, del país. Verbigracia: los Arosemena, los Arias Madrid, los Chiari, los De los Guardia, los Duque, entre otros.

Para ser objetivos y no errar en los juicios expuestos, se tiene que reconocer que la labor desarrollada por éstas y otras familias ha beneficiado, en alguna proporción, a la mayoría de las masas con sus políticas sociales desarrolladas (verbigracia: los Arias M., los Porras, entre otros). Pero la actuación aparentemente benéfica de estas familias no debe ser motivo de olvido de que la burguesía panameña ha jugado un papel sutil en pro de su sustentación como clase dominante y como máxima dignataria sobre el resto de la población de esta república.

Ahora bien, en líneas anteriores expresamos que quizás las relaciones entre Panamá y Estados Unidos no han sido tan adversas para los panameños. Y es que, a lo largo de esas relaciones binacionales la sociedad panameña ha obtenido beneficios derivados de ellas, directa o indirectamente. Por ejemplo, la sociedad panameña ha podido percatar de que la burguesía nacional ha sido, y sigue siendo, la que ha predestinado la historia y vivencia general como entidad político-jurídica estatal, a través de su estancia en el solio presidencial, puesto que, casi todos los gobernantes han provenido de la alta clase social del país. Por otro lado, a través de esas relaciones, Panamá ha sido beneficiada con la construcción y reversión a instancias institucionales nacionales, del Canal u de las tierras e infraestructuras utilizadas para su construcción, operación, mantenimiento y seguridad integral. También durante la presencia norteamericana en la denominada Zona del Canal, un minúsculo número de panameños, logró incursionar en diferentes actividades laborales.

No es permisible quejarse totalmente de dichas relaciones, porque después de establecerse Panamá como nación libre e independiente –en la medida en que los hechos lo permitieron-, la sociedad ha experimentado, para bien o para mal, situaciones o hechos relacionados directamente con las políticas imperialistas practicadas por los Estados Unidos. Por otra parte, se cree, a título personal, que estas relaciones han promovido el ejercicio y el surgimiento de nuevos planteamientos socio-políticos, distintos a los tradicionales. Y es que, con la instauración de Estados Unidos como potencia mundial a partir de la primera conflagración, aparecen hombres que exponen ideas o ideologías totalmente antagónicas al sistema capitalista e industrial. Estas ideas contrarias al capitalismo no sólo proliferan en Rusia, sino también logran explayarse a casi todos los confines del mundo. Y como así lo evidencia la historiografía, Panamá logra experimentar el ejercicio relativo de esa nueva tendencia social, política y económica denominada: Comunismo.

Designio natural, la posición geográfica, principal recurso natural sobre el cual yace la República de Panamá, ha sido el medio en donde el desarrollo de la historia nacional, ha escenificado como señala Soler, estratificación social y a las luchas políticas modalidades que no se observaron en el resto de América (Soler, 1985).

Esas modalidades sociales y políticas a las que se refiere Soler, sin duda, promovieron en Panamá el surgimiento de una de las ideologías más antagónicas al liberalismo. Estamos hablando del socialismo. Ideología ésta que sirvió de base para la recuperación de algunos derechos civiles y humanos que habían sido expropiados jurídicamente en Panamá, hasta cierto grado, por parte de los gobernantes representantes de la clase burguesa nacional.

Importante fue la labor desarrollada y promovida por esta ideología, pues motivó la reunión de las masas desposeídas en una forma organizada y jurídicamente legalizada, lo cual le permitió a la clase obrera y al campesinado panameño, obtener y hacer prevalecer su voz y sus derechos, que constitucionalmente tenían.

Esa ideología se exalta en Panamá, entre otras cosas, porque como bien señala Russo, las ideologías expresan diversas perspectivas del escenario social a través de sistemas racionalizados y motiva la acción según valores existentes en la sociedad (Russo Q., 1994). Desde este enfoque, son esas perspectivas racionalizadas y acciones desarrolladas por la sociedad panameña, las que determinaron que surgiera en Panamá la ideología socialista, arraigada y proyectada, a través del Partido Socialista de Panamá.

El partido, junto son su máximo líder, Dr. Demetrio A. Porras, adoptó una postura antiimperialista y nacionalista, puesto que para los socialistas, al menos su máximo líder así lo manifestó, todo el período de tratados y acuerdos celebrados entre Panamá y Estados Unidos, lo que provocaba era la enajenación de la soberanía territorial y la cesión de derechos y privilegios obtenidos como país independiente, como país jurídicamente reconocido en el plano internacional.

El accionar político del Partido Socialista de Panamá: secuelas de su postura.

La postura antiimperialista adoptada por el Partido Socialista, le condujo a ser la entidad partidaria que representó la voz política y el sentir de un sector social nacional durante la década del 30 (1930-1940); con su repudio tenaz a la celebración del tratado de1936. Tratado que, al final, fue ratificado por los gobiernos de Panamá y Estados Unidos. Esta postura exaltada en varios sectores de la nación panameña, tuvo como raíz de germen la emergencia del imperialismo e intervencionismo norteamericano, legalizado y de facto, a través de tratados. La Zona del Canal, fue el espacio geográfico que como enclave, facilitó dicha instancia de denominación (Soler, 1985).

Como secuela de la estancia norteamericana en la Zona del Canal y el establecimiento por su parte de políticas discriminatorias, tanto en lo económico como en lo social, además de los favores hechos en beneficio de los intereses de la clase dominante criolla, el tema de la soberanía se convirtió durante las décadas del 20 y del 30 del Siglo XX, en un valor y bandera de lucha de la creciente clase media de las masas populares (Russo Q, 1994).

Esta situación que desde tiempos atrás había sido objeto de discusiones continuas, no sólo en Panamá, sino también en Estados Unidos, provocó que este tema; el de la soberanía nacional y la presencia norteamericana en la Zona del Canal, se constituyera en el eje principal en torno al cual giraban los problemas nacionales y los desafíos permanentes a la soberanía y existencia misma del Estado panameño (Tack A., 1994).

Evidentemente, la actuación de Estados Unidos desde 1903 hasta cerca de 1970, contribuyó para que en aquellos tiempos se viera y se proyectara una imagen internacional de Panamá como un protectorado norteamericano (Ibid, 1994). Dicha imagen internacional afectó los intereses nacionales, lo cual fue objeto y punto base para que el Partido Socialista ejerciera una férrea oposición en contra de la presencia norteamericana en territorio istmeño. De acuerdo a palabras de Demetrio Porras, dicho derecho debería ser ejercido y salvaguardado más allá de cualquier controversia política existente, pues era la vía pacífica del manifestar del querer de un determinado sector de la comunidad (Galindo H., 1972).

Pero, ¿por qué Panamá ha tenido que sufrir una situación tan desventajosa a lo largo de la historia de sus relaciones binacionales con Estados Unidos? Se considera que la respuesta ya ha sido expresada líneas anteriores. Sencillamente, la evolución del proceso histórico de Panamá como entidad estatal, ha estado en manos de la burguesía criolla y, por ende, no se dio la oportunidad de que un verdadero representante de las masas populares, haya llegado al solio presidencial y haya podido tratar de resolver los múltiples problemas que aquejan a la sociedad nacional desde tiempos atrás.

Se valora que el accionar de la burguesía panameña es la causa de gran parte de los hechos ocurridos, puesto que sólo ha buscado su subsistencia como tal y enriquecer sus arcas privadas; no ha sido capaz de defender los intereses nacionales con fervor patriótico. Muy por el contrario, ha cedido en un grado que resulta imposible cuantificar y cualificar, ciertos derechos y privilegios nacionales y soberanos. Pero hay que aclarar que la enajenación de la burguesía panameña no fue, pues, causa sino efecto de la presencia yanqui en Panamá (Castro, 1975).

A raíz de las políticas implementadas por Estados Unidos en Panamá, se organizan las masas y comienzan a erigirse sistemas grupales antiimperialistas. Hablamos no sólo del Partido Socialista, sino también de otros grupos sociales que fueron apareciendo, debido a los hechos suscitados por la presencia norteamericana en la Zona del Canal y, sobre todo, por sus múltiples intervenciones políticas y militares en los asuntos internos del país.

Y es que las políticas estadounidenses, como la política del garrote, que consistía en una presencia norteamericana en los asuntos internos de los países latinoamericanos y la aplicación de doctrinas como la Monroe, la Truckman, entre otras; todas impulsadas por los diversos presidentes norteamericanos, unas de manera más enérgicas que otras, fueron promovidas y practicadas sin previa autorización nacional de los distintos Estados y en clara violación a derechos de distinta índole.

Para 1932, tanto en Panamá como en Estados Unidos, se suscitaron trascendentes hechos. En Panamá, se reinició el movimiento inquilinario a raíz de la crisis financiera experimentada y al alto costo de las casas de alquiler. Entre tanto, en Estados Unidos, se escoge como presidente de ese país al Sr. F. D. Roosevelt. Estos hechos marcarían precedentes para ambos países.

Al subir Roosevelt al poder, establece una política muy distinta a la de sus antiguos predecesores (Coolidge y Hoover). Él mismo la denominó el “Nuevo Trato”. Esta política iba dirigida a cambiar los sistemas intervencionistas de Estados Unidos en lo interior de los países latinoamericanos. Y es que a partir de la década del 30 (1930-1940), en América, el fascismo y el socialismo comienzan a cobrar auge y sirven como ideologías bases a los distintos líderes que llegaban al poder. Esta situación suscitada en América afectaba claramente los intereses norteamericanos y, muy específicamente, los establecidos y manifestados a través de la historia, sobre el pequeño istmo denominado Panamá.

Pero, precisamente cuando se agitaban las ideologías izquierdistas en América, Estados Unidos quería consolidarse como primera potencia en América. Por ello, comenzó a implementar sus ya muy conocidas doctrinas políticas. No obstante, en vez de lo que planteaban los norteamericanos con respecto a cuáles eran los fines de tales doctrinas, éstas sirvieron de base para comprar la conciencia nacional a ciertos líderes revolucionarios de América.

Así logra Estados Unidos, poco a poco, inmiscuirse en las políticas gubernamentales de los Estados latinoamericanos. En ese sentido, Panamá no escapa a esa realidad, y es entonces cuando los presidentes Arias y Roosevelt entablan, desde 1933, conversaciones respecto a la posibilidad de celebrar un nuevo tratado del Canal. A la postre, esas conversaciones permitieron la celebración del Tratado Arias-Roosevelt de 1936.

A pesar de algunas de las ventajas reflejadas por este tratado, el Partido Socialista, que ya desde buen rato había manifestado una política intransigente con respecto a la celebración de tratados anteriores, continúa con su postura antiimperialista. Sin duda veían claramente que pese a esas ventajas, el tratado significaba también ceder nuevos territorios y permitir el establecimiento de nuevas bases militares, lo cual implicaba una violación directa al concepto de neutralidad estipulado en el tratado de 1903 y, sobre todo, significaba la continuidad de las violaciones a la soberanía territorial. También permitía la intervención impune de Estados Unidos en los asuntos internos del país, so pretexto de la seguridad y el normal funcionamiento del Canal de Panamá.

Dados los hechos de esta forma, Demetrio Porras y su partido rechazan desde la Asamblea Nacional, este tratado por lo nefasto y lesivo que era para los intereses nacionales. No obstante, a pesar de tantas críticas dirigidas hacia el Partido Socialista y sus máximos dirigentes, este colectivo fue consistente en sus planteamientos cada vez que tuvo representantes ante el mencionado órgano del Estado (Porras J., 1976).

También este colectivo político se opuso a las concesiones legales hechas a las grandes compañías norteamericanas que se querían establecer en el país. Compañías como la Nestlé y la United Fruit Co., encontraron fuerte oposición parlamentaria, una vez que sus representantes legales exponían a la consideración de los Honorables Diputados (HH.DD.) sus intenciones de establecerse en suelo istmeño. Y es que estas multinacionales norteamericanas representaban verdaderos superestados dentro del territorio panameño, lo cual era contrario a los ideales y principios soberanos que distinguían al Partido Socialista y a sus líderes.

En síntesis, la postura antiimperialista, anticlasista y antiintervencionista adoptada por el Partido Socialista, le significó continuas persecuciones por parte de los gobiernos burgueses, su distinción como partido antinorteamericano, su lenta pero progresiva desintegración como entidad partidista y su imposible participación en políticas de índole capitalista.

Debilitamiento del Partido Socialista

La exégesis de las causas que produjeron el debilitamiento del partido político identificado por el color carmesí en el ámbito partidista panameño, conduce a considerar, hasta cierta medida, las razones expuestas por Demetrio Porras al respecto. Razones que se convergieron para dar con el final de un resultado ya conocido por todos: la debilidad de las huestes socialistas y su posterior desaparición.

Entre las causas del debilitamiento del Partido Socialista de Panamá, se tienen las siguientes:

a). Este partido contó con gran cantidad de masas populares desde sus inicios como partido legal y jurídicamente establecido. No obstante, el haber tenido grandes masas no le permitió gozar de un número significativo de adherentes como cuadros dirigentes del mismo.

El principal líder de todos los tiempos de este partido fue Demetrio A. Porras y le asistieron, en ese sentido, unos cuantos. Pero, ¿qué ocurrió para que el mismo Porras afirmase que el reducido número de los cuadros dirigentes de este partido, significase, al final, su debilitamiento progresivo?

Porras ha manifestado a través de sus distintos escritos, que al partido lo afectó el haber contado con pocos cuadros dirigentes preparados, producto del desarrollo de la educación (escaso) y al sumársele dirigentes de otros sectores de la sociedad, se produjo la infiltración de personas, que en vez de ayudar y servir a los ideales del partido, lo que produjeron fue la incertidumbre, la infamia y el oportunismo en sus actividades realizadas.

b). Otro factor causante del debilitamiento del Partido Socialista, lo constituyó su participación como miembro del Frente Popular. Pero, ¿por qué?

Al crearse el Frente Popular, alianza de partidos democráticos integrada por los Partidos Liberal Doctrinario, Liberal Renovador, Liberal Demócrata, Acción Comunal y la conjunción Socialista Comunista, para hacerle frente a los abusos del gobierno y puestos a las elecciones de 1936, en donde surgió victorioso de manera dudosa el candidato Juan Demóstenes Arosemena, en las huestes del ya debilitado Partido Socialista, se produjo un relajo en la disciplina que había imperado en este colectivo político. Eso, a la postre, hizo y provocó que algunos socialistas se pusieran, juntos con otros miembros del Frente Popular, al servicio de los intereses del entonces Presidente Juan Demóstenes Arosemena. Esto también produjo una serie de dudas respecto de cuáles eran las intenciones de este partido, puesto que se había unido a ciertos partidos que tenían como dirigentes a grandes terratenientes y caseros. La ignominia se aprovechó de este error estratégico-político.

c).Un componente que influyó en el consecuente debilitamiento del Partido Socialista, fue su constante desacreditación efectuada por los diarios de la localidad. ¿Por qué?

Al Dr. Demetrio A. Porras, la prensa local lo desacreditaba, a tal punto, que lo acusaban de traidor a la patria, puesto que, a raíz del tratado de 1936, este líder de las masas populares, encabezó una lucha tenaz en contra de la celebración de dicho acuerdo, y esto fue aprovechado por el oficialismo de turno para acusarlo de traidor nacional.

Esas políticas de infamia hacia el máximo líder del Partido Socialista, contribuyeron, quizás, muy fuertemente, a la decadencia del partido, puesto que: ¿quién al escuchar dichos comentarios, podría sentirse y estar tranquilo como miembro de un partido antinacionalista? Ésta fue una estrategia de la oligarquía muy bien planificada y realizada.

d). Un causal de retroceso político de Partido Socialista, fue la acción realizada por los gobiernos comunalistas, que se caracterizaban por el nepotismo de algunas familias. Se les denominaban así a los gobiernos que se sucedieron después del golpe revolucionario de Acción Comunal. Gobiernos representativos fueron los encabezados por Ricardo J. Alfaro (16/01/1931 – 5/06/1932) y Ricardo A. De la Guardia (1/10/1956 – 1/10/1960).

También víctimas constantes de las arbitrariedades de los gobiernos municipales o; mejor dicho, de las personas encargadas de los municipios, juzgados y tribunales, los miembros del Partido Socialista se vieron afectados por acusaciones como: alterar el orden público, irrumpir y promover agitaciones revolucionarias, entre otras. Esta situación obligó a ciertos dirigentes socialistas a inscribirse en otros partidos y, por ende, abandonar las toldas socialistas. Tal hecho produjo la reducción significativa de los miembros de este colectivo político.

e). Otro elemento que se considera afectó la permanencia del Partido Socialista, fue la exaltación de una sola persona, como creadora y promotora de reivindicaciones sociales.

Si bien estas reivindicaciones logradas por Demetrio Porras le permitieron captar para el Partido Socialista, a un número significativo de obreros y campesinos; también es muy cierto y conocido por todos, que a lo largo de un populismo alcanzado por cualquier político, la constancia de su misma praxis tiende a producir un desgaste político en términos de simpatía, atracción o convicción, que puedan sentir las grandes masas. Esto, a nuestro juicio, fue lo que ocurrió con Porras y su partido. Parece ser regla general de la vida. Todo nace, crece, se desarrolla; pero, a la postre, se muere o deja de ser lo que es.

f). Otra circunstancia que se considera hizo disminuir la popularidad del Partido Socialista, fue su circunscripción política a las ciudades terminales (Panamá y Colón) y sólo a ciertos distritos del interior del país. En otras palabras, el Partido no recibió propaganda necesaria en el nivel nacional para lograr así un cúmulo y una simpatía mayoritaria, sobre todo, en los campesinos del interior del país.

Faltó que le máximo líder del Partido Socialista recorriera todos los pueblos existentes en el interior del país. La adjudicación de esa labor a segundos en el Partido Socialista, como estrategia política, fue un error que costó, al final, a este colectivo político, su desintegración.

g). Otro hecho a considerar, es que en los finales del apogeo político de este partido, se le quiso reorganizar como un partido cuya élite mayoritaria estuviese compuesta por intelectuales. Ése fue un error que significó el “toque de gracia” para que el Partido Socialista llegara a su término.

Un partido logra subsistir, en la medida en que sus dirigentes sean capaces de propiciar conjunción y participación activa de hombres y mujeres de todas las clases o niveles sociales existentes en un país.

h). Un factor que fue de peso y que propició un golpe duro a las tendencias socialistas del mundo y del país, fue la determinación que se tomó en Rusia en el año de 1941, de desintegrar el comunismo como sistema partidista y como sistema económico. Ahora, hay que aclarar que esa orden no se cumplió al pie de la letra; pero sí significó un retroceso en el auge que había alcanzado tal sistema ideológico. Aquí en Panamá también esta posición afectó al Partido Socialista de Panamá y a otros partidos de tendencia izquierdista.

Así pues, hemos expuesto y explicado las distintas razones que produjeron la debilitación del Partido Socialista de Panamá. Pero algo que sí hay que reconocer a este colectivo político, fue su labor nacionalista, antiimperialista y social, desarrollada en beneficio de los intereses de la nación, del derecho jurídico-territorial que el país tiene y, sobre todo, de esa gran masa social que en términos socialistas se denomina proletariado.

A manera de conclusión

El Partido Socialista de Panamá fue una entidad política que significó como un medio institucional que fungió de intermediario entre aquellos que gobernaban y los que socialmente eran identificados como desposeídos. Aquellos entes, campesinos y obreros, en forma relativa, creyeron en la propuesta social de ésta entidad política y sobre todo, en su máximo líder; Demetrio A. Porras.

Ciertas fallas de índole organizativa, logística partidaria apropiada y escases de recursos, son algunos de los elementos que incidieron en el proceso de desaparición del Partido Socialista de Panamá. Ahora bien, la contribución tanto de miembros como de ésta entidad partidaria dentro del dinámico desarrollo del país; son aportes que no podrán ser olvidados y mermados, por otras visiones ideológicas o por, otros enfoques analíticos. Panamá es lo que es, gracias a esa rica historia que ha tenido y que permite, hacer inferencias desde diferentes ópticas del quehacer individual y colectivo.

Notas

¹Panamá: Negocio fraudulento generalmente el hecho en perjuicio del Estado. Diccionario LAROUSSE de la Lengua Española. Ediciones Larousse. 1979, p 411.

Bibliografía

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Editor:
Juan Carlos M. Coll (CV)
ISSN: 1988-7833
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